lunes, 26 de noviembre de 2007

15º DÍA 22/11/07: LAS IMÁGENES EN LA ORGANIZACIÓN EDUCATIVA

Este día de clase también estuvo dedicado al trabajo en grupo, en este caso a tratar "Las imágenes en la organización educativa". Se tenían que tratar los diferentes autores estudiados como Taylor, Maslow, Mayo o Weber así como una serie de temas. A nuestro grupo se nos asignó el siguiente tema:
"La organización como sombras y arquetipos". Le entregamos el folio y posteriormente lo pondremos en nuestro blog de grupo.
Personalmente he encontrado un texto de Miguel Ángel Santos Guerra donde habla de este tema y considero importante extraer algún fragmento.

Una institución rígida, cerrada, rutinaria, torpe y lenta no podrá atender las exigencias cada vez más imperiosas de la atención a la diversidad. Aunque los principios éticos, los enunciados teóricos y los presupuestos metodológicos sean sensibles a la diversidad, no será posible atenderla en una organización rígida y rutinaria.

La escuela tiene una inquietante función homogeneizadora. Currículo idéntico para todos, espacios iguales para todos, evaluaciones similares para todos. Da la impresión de que se pretende alcanzar un individuo estandarizado y arquetípico que responda a los mismos patrones de conducta, que tenga los mismos conocimientos y que practique la misma forma de pensar. Aunque los enunciados teóricos digan otra cosa, un repaso a la vida de las escuelas nos ofrece excesivos testimonios de un patrón igualador. La escuela debería ser una encrucijada de culturas, pero se encuentra con el problema de que en ella se instala una cultura hegemónica que tiende a la homogeneización. Debería ser una escuela para todos (es decir, para cada uno), pero es una escuela para un tipo determinado de individuo. Concretamente, para el que reúne estos rasgos o la mayoría de ellos: varón, blanco, sano, normal, católico, payo, autóctono, culto, rico, castellanohablante.

El arquetipo es un modelo "soberano y eterno" (lo que hace referencia no sólo a su importancia, sino a su perdurabilidad) que sirve de pauta para todos. Desde el niño arquetípico cuyos rasgos acabo de enumerar, podría pensarse que una niña es un varón defectuoso, que un niño negro es un blanco defectuoso, que un niño con síndrome de Down es un niño normal defectuoso, que un niño inmigrante es un niño autóctono defectuoso… Y así sucesivamente. Estas afirmaciones, fácilmente rechazables desde la perspectiva conceptual, forman el sustrato de muchas prácticas organizativas de las escuelas que responden al siguiente principio: todos durante el mismo tiempo para hacer lo mismo con idéntica finalidad.

La organización de la escuela facilita, por no decir impone, un proceder homogéneo. Se distribuye a los alumnos y alumnas en grupos de edad (agrupar exclusivamente por la edad puede resultar tan arbitrario y pintoresco como hacerlo por el peso), se pone en marcha una metodología idéntica para todo el grupo, se hacen módulos horarios iguales para todos, se practica un modo de evaluación idéntico en duración y forma para todos, se imponen unas normas idénticas para todos, se utilizan los mismos textos, con idéntico lenguaje e idénticos ejemplos para todos. Incluso la legislación es la misma y ha de ser cumplida en el mismo tiempo y de la misma forma por todos los centros. Una escuela rural con un solo maestro ha de entregar el proyecto de centro en la misma fecha que una escuela urbana, cuyo claustro está integrado por doscientos profesores.




Carmen Fernández Gavilán
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